Hoy todo es diferente de lo que recuerdo, poco a poco las personas comenzaron a enajenarse con sus teléfonos celulares. Yo me resistí por algunos años pero ahora soy parte de todo eso. En todas partes ves a personas mirando a la pantalla de sus teléfonos: en el transporte público al menos la mitad de las personas están cabizbajas mirando la pantalla, absortos, escribiendo mensajes, viendo sus redes sociales, escuchando música, etc.

Hoy estamos al borde de una pandemia: la del coronavirus. Cuando era más joven hubo amenazas por el ántrax, el SARS, gripe aviar, AH1N1... tantas amenazas han existido en tan pocos años...

No sé cómo será el mundo en 50 o 100, si habrá virus más resistentes y letales, si antiguas amenazas cobrarán vida, o al menos eso es lo que se dice que ocurrirá si los glaciares terminan de descongelarse, ¿existirán todavía los glaciares cuando alguien lea esto dentro de muchos años? Yo visité uno el año pasado en Perú y era alarmante ver la velocidad con la que se derretía.

Ahora hay algunas especies de animales en extinción, como la vaquita marina, quizá en un futuro sean sólo un recuerdo, algo que sólo existirá en enciclopedias y vídeos de YouTube.

Me pregunto también qué papel tendrá la tecnología en las próximas décadas, si seguirá tan envolvente como lo es ahora, si habrá aún objetos que se resistan a dejar de existir. Me tocó usar casettes, CD's, MP3 y los primeros I-pods, ahora la música se encuentra en la red, ya no es parte de un objeto palpable, lo mismo ocurre con las películas y los servicios de streaming.

Poblaciones enteras se desplazan en búsqueda de un lugar para vivir mejor a la par que las fronteras se cierran y muros se levantan para separar a los países que causan la guerra y tienen estabilidad económica, de aquellos países a quienes les llevan la guerra y cuyas economías se desploman poco a poco.

También estamos al borde de la escasez de agua, el año pasado llegó el Día 0 a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica y, ciudades tan pobladas como la mía, están bajo el riesgo de llegar a ese día en pocos años  al mismo tiempo que se declara una crisis ambiental irreversible. De esto nos habían advertido desde hace años y nadie hizo nada para evitarlo.

Tengo una visión poco favorecedora de los hechos actuales pero, si en la próximas décadas las cosas empeoran, sabrán entonces que el origen de muchos de los males que padecerán, tuvieron su origen en los días que ahora estoy viviendo.