Adolfo Bioy Casares
El latir de tu corazón
La primera vez que te abracé estuve cerca de tu corazón y sentí cómo palpitaba violentamente dentro de tu pecho.
La primera vez que te besé puse mi mano en tu pecho para sentir cómo aumentaba el latido de tu corazón mientras me acercaba a tu boca.
No podía creer que pasaran tantas cosas dentro de ti. Desde entonces quise dormir acomodada en tu pecho, oyendo los latidos de tu corazón. Quise dormir con tus latidos cadenciosos midiendo el tiempo en mis sueños. Nunca sentí un palpitar tan inmenso como el tuyo hasta que un día, mirándote a los ojos y con una mano en tu pecho, te dije adiós. Tu corazón parecía detenerse y explotar al mismo tiempo. Quitaste mi mano de tu pecho y te alejaste para siempre.
Lo admito: nunca he encontrado un corazón como el tuyo.
jueves, diciembre 22, 2016
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Acerca de la que escribe...
- León de Papel
- Cuando ustedes se acuestan cansados/as apagan la luz y se vuelven de cara a la pared. Yo siempre he tenido encendida la luz de mi alcoba. Sólo conozco el color del muro en las madrugadas.
**Nota
En esta nota declaro que las entradas marcadas con dos asteriscos (**) no son de mi autoría y/o son recopilaciones de distintas fuentes.
Gracias.
Gracias.
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"Pero la india les explicó que lo más temible de la enfermedad del insomnio no era la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía cansancio alguno, sino su inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: el olvido. Quería decir que cuando el enfermo se acostumbraba a su estado de vigilia, empezaban a borrarse de su memoria los recuerdos de la infancia, luego el nombre y la noción de las cosas, y por último la identidad de las personas y aún la conciencia del propio ser, hasta hundirse en una especie de idiotes sin pasado."
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