No me había sentado a escribir por mucho tiempo, ahora es un poco más fácil porque el reto me da las pautas sobre qué escribir.

¿Haré algún texto corto pero impactante o un texto extenso y aburrido? ¿Vale la pena sentarme a escribir sobre lo que sea con tal de producir textos? Bah, al final termino escribiendo sobre lo que sea pero todo es similar: es estilo, las palabras, las pausas, las comas...

¿Qué hecho de mi vida rememoraré esta vez? ¿Aquel día cuando me partieron el corazón? 

¿Aquel lejano día cuando me enamoré del señor X o el señor Y o el señor Z? Caray, sí que soy enamoradiza después de todo... o al menos creí estarlo en esas ocasiones. ¿Escribiré sobre esos hechos definieron el año que muchas cosas cambiaron en mi vida? ¿Escribiré sobre aquellas amistades que -por motivos que no recuerdo- dejé de frecuentar? ¿Escribiré sobre esa canción que me caló tan hondo que no me atreví a escucharla por años? ¿Escribiré aquella historia que tenía en mente cuando era niña? ¿Qué hay de aquella historia que había ideado y la cual le dio origen a mi seudónimo y link de este blog?

No deberías estar escribiendo ahora, tienes muchas cosas pendientes: esos miles de cursos que adquiriste, preparar tus clases de mañana, la FUCKING tesis, tu ritual antes de dormir porque tienes una piel horrible y debes cuidarla, debes preparar tu desayuno, leer un poco para retomar el hábito, retomar lecturas de la lectura... no hay problema, sigue escribiendo. Una vez que empiezas, las palabras fluyen como río, tu mente comienza a procesar palabras a la velocidad de la luz. Sigue así, termina estas líneas y comienza tu rutina para ir a dormir temprano.