Adolfo Bioy Casares
Pasos a través del tiempo
16/06/11
Me gusta caminar. Creo que las dos cosas peores que pueden ocurrime serían el no volver a caminar y el no volver a escuchar.
Cuando no puedes caminar eres la carga de alguien más; cuando no escuchas, pierdes el equilibrio. La música es algo que ya no se puede disfrutar. Así como Beethoven no escuchó su novena sinfonía, ni escuchó la ovación al terminar de ejecutarla. No se dió cuenta de ello hasta que alguien lo volteó y él vió al público de pie ovacionándolo.
El punto a tratar aquí son los pasos que damos a través del tiempo.
Cuando los humanos son pequeños seres indefensos caminan "en cuatro patas". Después a los pocos años de vida, se dan pequeños pasitos, asidos de la mano de los autores de sus días, hasta que se independizan y salen a explorar el mundo trepando árboles o jugando con arena.
Cuando ya se es adulto hay diferentes tipos de pasos: los de gente ocupada, los que van a prisa, los valemadre, etc. Los distinguimos por la ropa que usan o por la manera en que hacen de lado a aquellos que les estorban.
Me ha tocado ver y hacer cosas así. En la escuela empujas a todos para llegar a tiempo a las clases (en mi caso no importa, porque la puntualidad es lo de menos en esa facultad), cuando tienes una cita importante caminas con paso apretado para llegar elegantemente tarde.
Las personas de ciudad son las que me estresan de sólo verlos caminar: van siempre mirando su reloj, o hablando por teléfono celular; si chocan con alguien una de dos: o lo voltea a ver con desprecio, o ni lo mira y se arregla la pequeña arruga que se le ha hecho al traje.
Por otra parte están esas personas que no llevan prisa, como aquellos jóvenes que no les importa la hora, total, ya es tarde. Algunos caminan lento y sólo estorban en la acera, algunas personas lentas son consideradas y van caminando por la orilla.
Yo a veces funjo como cada uno de ellos, a veces voy demasiado deprisa, algunas veces me he abierto paso de manera irrespetuosa entre una multitud ¡Y nunca tengo tiempo para nada, ni para pedir disculpas! En fin, a veces voy hablando por teléfono para avisar que voy a llegar tarde.
El punto primordial de esta entrada eran los pasos que damos. Siendo bebés, niños, adolescentes/adultos.
Pero mis favoritos son los ancianos: Me gusta verlos caminar, no llevan prisa, caminan tranquilos dondequiera que estén, en el campo o en la ciudad; ellos van con paso solemne y pausado, mientras muchas otras personas las rebasan, yo entre esas personas. Algunos ni los notan, pero ahí están, mientras el mundo se sumerge en el precipicio del tiempo.
Me gusta ver a los ancianos caminar, porque ellos ya llevan una vida vivida y ya no tienen prisa por seguir viviendo.
jueves, junio 16, 2011
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Acerca de la que escribe...
- León de Papel
- Cuando ustedes se acuestan cansados/as apagan la luz y se vuelven de cara a la pared. Yo siempre he tenido encendida la luz de mi alcoba. Sólo conozco el color del muro en las madrugadas.
**Nota
En esta nota declaro que las entradas marcadas con dos asteriscos (**) no son de mi autoría y/o son recopilaciones de distintas fuentes.
Gracias.
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