Me despierto a la misma hora en la misma cama en la misma posición. Desayuno lo mismo de todos los días. Salgo a trabajar, tomo el camión que recorre el mismo camino todos los días. Llego al trabajo a la misma hora, salgo a la misma hora. Camino por el mismo lugar. Me encuentro con las mismas personas a la misma hora. Llego a casa a comer lo mismo de todos los días, en la misma mesa, en el mismo asiento y en el mismo plato. Prendo la TV y veo el programa de siempre. Me voy a dormir a la hora de siempre, en la misma posición en el mismo lado de la cama.

Me despierto a la misma hora, sigo en la misma posición, en el transporte me siento junto a una persona que siempre encuentro a la misma hora. He caminado al lado de una persona durante muchos años. Yo miro a otra parte, el mismo paisaje, pienso en lo de siempre. Veo la hora, llegaré a la hora de siempre a trabajar. Veré a las mismas personas, me sentaré en el mismo lugar que he ocupado durante catorce años. Estaré las ocho horas que me corresponden, no más, no menos. Llego a casa a la misma hora, como lo de siempre, me voy a dormir, misma cama, misma posición, me levanto a la misma hora, mismo desayuno, mismo transporte, misma gente, el trabajo, la hora, la cena, la TV, el camino, el trabajo, dormir, la cama, la hora, la posición, el lado de la cama, el desayuno, el transporte, el camino, el trabajo, la hora, TV...etc.

Pero hoy algo ha cambiado: está lloviendo.